“El Ayer de los Robots del año 2000”

 

 

Las instrucciones dadas por Peter Pan en el cuento clásico de J.M. Barrie para cómo llegar a “EL PAIS DE NUNCA JAMAS”, ese lugar mágico de aventura donde uno nunca llega a envejecer, consistía en coger la segunda estrella a la derecha, e ir recto hasta que amaneciera. La frase representa dos sueños de la humanidad, alcanzar las estrellas y ser siempre joven. ¿Qué mejor manera de conseguir esto que con juguetes?
Llegar a los cielos ha sido siempre uno de los sueños humanos. En la antigua Grecia ya se describió en un manuscrito un viaje a la Luna, y en el siglo XVII se imaginaban viajar por el espacio de dos maneras, en una máquina arrastrada por pájaros gigantes y en un carro impulsado por chispas de fuego ¡estaban bastante cerca de lo que llegaría a convertirse en realidad! En el último siglo, los autores Julio Verne y H.G. Wells bombardearon la imaginación victoriana con sus cuentos de viajes espaciales, y en 1902 el director de cine francés Meliere creó la primera imagen visual de el viaje espacial y la primera película de ciencia ficción “UN VIAJE A LA LUNA“. Los juguetes siempre han sido un lugar para la imaginación, y nos reflejan las esperanzas y aspiraciones de una cultura. En este siglo, así como la aventura espacial se ha convertido de ficción a realidad, los juguetes han seguido el mismo camino. Así como la literatura, el cine y la televisión han presentado la realización y la ficción de los viajes espaciales, los juguetes de el siglo XX nos han permitido alcanzar un futuro en las estrellas, un tema que se explora en esta EXPOSICION.

COHETES

Uno de los primeros modos de jugar con periplos espaciales, han sido los vehículos que podrían llevarnos al espacio. Ya en el siglo XX se construyeron modernos cohetes, por el científico ruso Konstantin Tsiolokovsky, seguido en USA por el trabajo de Robert Goddard que desarrolló unos cohetes multi-estado usando ambos combustibles: sólido y líquido, y en 1926 lanzó el primer cohete de carburante líquido con éxito. Pero fue después de la II Guerra Mundial que la tecnología aceleró la marcha hacia el espacio y la imaginación popular fue atrapada por la posibilidad de un cohete viajando hacia las estrellas.

Una gran variedad de juguetes mecánicos han reflejado la gran variedad de diseños, tanto en la ficción como en la realidad, creando imágenes de un cohete “tradicional“ vertical lanzado, prediciendo así el diseño de los actuales artefactos espaciales, y también de los famosos “platillos volantes“.

 

 

¡BUSCAR UNA NUEVA VIDA Y DEFENDERSE !


La posibilidad de que los humanos no sean la única especie con vida en el universo ha sido gran parte de la ficción espacial. A principios del siglo XIX un periódico de Nueva York publicó una mentira en la que se especulaba sobre los habitantes de la luna, y H.G. Wells ofreció una imagen aterradora de alienigenas invasores traidos a la vida, primero a través de la radio en 1939 y luego en una película de 1950. ¿Qué aventuras podrían haber protagonizado Flash Gordon o Buck Rogers sin algún enemigo alienígena? En 1947 circularon noticias y finalmente un libro fue publicado describiendo el aterrizaje en picado de un platillo volante cerca de Roswell en Nuevo Méjico. Verdad o no, estas noticias de una nave extraterrestre incitó a Hollywood, y mas tarde a la televisión, a explorar el tema de la invasión alienígena. En los años 50, la exploración del espacio se volvió mas probable, los científicos avisaron de que parecía casi inevitable que podríamos conocer otras formas de vida y que deberíamos estar preparados para la posibilidad de encontrarnos a seres, que ni siquiera se parecieran o pensaran como nosotros.
Mas recientemente, la televisión nos ha ofrecido el punto de vista humorístico de visitantes de otros planetas que podrían venir aquí a estudiar la cultura humana.
Bien, parece obvio que si viajas a los confines del espacio necesitarás llevar contigo los medios para defenderte. Desde los años 30 Buck Rogers y Flash Gordon empezaron a utilizar pistolas desintegradoras que emitían rayos, estas han sido las armas mas usuales para garantizar la supervivencia en el espacio. Flash Gordon también hizo surgir algunos juguetes famosos, incluyendo una pistola de rayos que, si no disparaba, era lo suficientemente grande para probablemente derribar a la mayoría de los aliens de un buen golpe.

ROBOTS

Uno de los mas populares temas espaciales en juguetes es el robot. A pesar de que la idea de seres mecánicos creados artificialmente se aproxima a los antiguos griegos, el moderno concepto de “Robot” viene de los años 20, termino que empezó a utilizar el checoslovaco Karel Capek. Desde los años 30 en adelante los robots han sido unidos a la ciencia ficción generalmente como compañeros humanoides o como alienígenas enemigos. Los robots de juguete han sido similarmente caracterizados, algunos como exploradores del espacio y otros como crueles guerreros alienígenas, e incluso basados otros en personajes famosos de la ficción. Las historias de Isaac Azimov desarrollaron leyes en las que los robots debían obedecer las ordenes humanas, sin ninguna amenaza de daño para las personas. Estas normas algún día se convertirán en un hecho, lo mismo que la vida artificial va volviéndose capaz de obtener un pensamiento independiente. A pesar de que la realidad está lejos de la ciencia ficción, los robots dirigidos por ordenador son usados actualmente en la industria y en 1997 un robot se convirtió en el primer explorador de el planeta Marte.
En 1962 el novelista Arthur C. Clarke escribió sobre la necesidad de explorar el espacio, no por razones materiales sino porque la humanidad podría encontrar nuevos materiales vírgenes para la imaginación, sin los cuáles todas las formas de arte llegarían a enfermar y morir.

DESDE LA CIENCIA FICCIÓN A LA CIENCIA REAL


En 1957 la era de la aventura espacial humana empezó con éxito con el lanzamiento de el satélite en órbita ruso “Sputnik“. En los siguientes cinco años los Estados Unidos y La Unión Soviética pondrían a hombres en órbita, y el presidente John F. Kennedy asentó la bandera americana firmemente en la Luna. El desarrollo de los cohetes y técnicas como la de unir un artefacto con otro llevó a la realización de aquel sueño en 1969, así como la construcción de estaciones espaciales en órbita en los años 70. Los juguetes también capitalizaron en el principio la ciencia ficción.
Así como la carrera espacial se aceleró, muchas ideas empezaron a ser vistas como mas posibles, y los juguetes cambiaron para reflejar esto. Muñecos que tenían su propio traje espacial y cápsula, basados en las especificaciones de la NASA, así otros juguetes incluyeron bases lunares o planetarias y vehículos como coches, transportadores o tanques lunares y espaciales.

Y QUÉ VIENE AHORA

Hoy el género humano mirando hacia atrás 100 años ve los juguetes con los que soñó como alcanzar la luna o Marte en una nave. En este siglo la innovación tecnológica ha visto la realización de ese sueño. Hace treinta años Neil Armstrong pisó sobre la luna mientras el mundo vio su imagen en televisión, y hace dos años un robot dirigido desde la tierra, enviaba claras imágenes en color de la superficie de Marte. Mirando mas allá, los objetivos de el próximo siglo han sido pensados como internacionales y de esfuerzo cooperativo para crear una permanente estación espacial en órbita y para el posible desembarco en Marte. El descubrimiento reciente de otro sistema solar nos acerca al sueño de encontrar otros mundos habitados, con la esperanza de que no estamos solos en el universo. En 1955 Arthur C. Clarke escribió: “antes o después iremos al borde del sistema solar, estaremos mirando a través de los últimos abismos. Podríamos parar allí durante siglos, probando nuestra fuerza. Luego alcanzaremos las estrellas”.
Quizás, en algún lugar en la imaginación de un niño, los juguetes ya nos han llevado allí.


Las instrucciones dadas por Peter Pan en el libro clásico de J.M. Barry para cómo llegar a “EL PAIS DE NUNCA JAMAS”, (ese lugar mágico lleno de aventura en el que uno nunca se hace viejo) era coger la segunda estrella a la derecha e ir recto hasta que amanece.